Desde el PCA en Huelva nos solidarizamos con los vecinos y vecinas de los municipios afectados por el incendio originado en Olivargas, que ha calcinado casi 12.000 hectáreas. También queremos resaltar la labor de los trabajadores y trabajadoras de los servicios de extinción de incendios, de protección civil, de la unidad militar de emergencias y de las personas voluntarias, que han evitado que esta catástrofe vaya a más y han salvado vidas, como lo han hecho tantas otras veces.
Asimismo, instamos a las administraciones a garantizar, mediante los instrumentos que tienen a su disposición, que todo lo perdido por los vecinos y vecinas, así como los daños causados por el incendio, sean restaurados íntegramente. Pero sobre todo a garantizar que esto no vuelva a suceder, poniendo de manifiesto que existen medios para ello.
Este terrible hecho pone de manifiesto dos elementos; el primero, que en España somos buenos apagando incendios pero seguimos siendo muy malos evitando que se produzcan. Del total de recursos destinados a los incendios, las administraciones solo gastan el 20% en prevención, frente al 80% usado en extinción.
El segundo elemento consiste en la situación de semi-abandono de los eucaliptales que se introdujeron en nuestra provincia para uso industrial, que ahora, debido a su escasa productividad, deja a nuestra provincia en una situación de gran vulnerabilidad frente a los incendios y nos priva de la posibilidad de desarrollar otras actividades económicas, vinculadas a los bosques autóctonos.
En el año 2016, los eucaliptos ocupaban 148.000 hectáreas en nuestra provincia, más de 32.000 en espacios protegidos de alto valor ecológicos. Huelva se erige en la provincia andaluza con más eucaliptos en espacios protegidos, con un 15% de la superficie total forestal, frente al 3% que representa en el conjunto de España.
Como en el caso de los presupuestos destinados a incendios, existen responsabilidades, que en nuestra provincia recaen en ENCE, en las empresas que han ido adquiriendo sus fincas y en la administración, ya que no han hecho nada para sustituir los eucaliptales a medida que éstos han caído en desuso.
Sabemos que el problema no es fácil de solucionar. Algunos municipios con grandes extensiones de eucaliptos calculan que, recuperar una hectárea y reconvertirla en bosque autóctono, podría costar hasta 3.000 euros, algo imposible de abordar con los presupuestos municipales.
Sin embargo existen instrumentos de planificación forestal y otras administraciones, con competencias, que podrían transferir fondos a planes locales de empleo, lo que permitiría la sustitución progresiva de eucaliptales por especies autóctonas, fijando un límite de ocupación del territorio para los primeros, alejándolos de las zonas susceptibles de protección ambiental.
En esa misma línea existen potencialidades económicas para nuestras especies foráneas, sobre todo para los encinares y alcornocales, con una gran importancia para la industria ganadera y del corcho, además de su gran importancia para la restauración del medio y de su resistencia a los incendios.
Esto supone una importante oportunidad para abordar el desarrollo de industrias dependientes de nuestros recursos autóctonos, que estarían en sinergia con el medio ambiente. Esto requiere una planificación conjunta y voluntad política para ponerlo en marcha, pero tendría un gran potencial en la generación de empleo y riqueza, respetando el medio. Por ejemplo, Andalucía produce aproximadamente el 25% del total mundial del corcho, sin embargo sólo elabora y manufactura el 10% de esta producción. Si hubiera industrias de transformación cerca podríamos crear empleos estables.
Pensamos que, con una política que tuviera en cuenta estas potencialidades, se podrían poner en marcha planes de empleo locales, dotando de la financiación adecuada a los ayuntamientos, para la restauración, conservación y aprovechamiento de los montes y bosques de nuestra provincia, incluyendo la recuperación de caminos públicos y vías pecuarias cercadas, limpieza del medio, etc… pero también planes de empleo centrados en el impulso de las industrias asociadas y de repoblación del medio rural.
Con estas propuestas que expresamos, desde el PCA en Huelva queremos evitar que este tipo de catástrofes se repitan cada año en nuestra provincia. Con ello también queremos dotar de oportunidades a la clase trabajadora de los pueblos, ya que consideramos que el abandono de los mismos, debido a criterios de rentabilidad económica, es la auténtica raíz de este tipo de catástrofes.
