Desde la dirección provincial del PCA en Sevilla queremos mostrar nuestras condolencias por la pérdida del camarada Gabriel Medina González, conocido como Germinal. 

Germinal, nació en la Puebla de Cazalla el 3 de junio de 1936, siendo el quinto de ocho hermanos, en una familia de jornaleros. Aunque su padre lo inscribió en el registro civil como Germinal, un mes después de nacer obligaron a su padre a bautizarlo y a ponerle un nombre de santo.

Su infancia transcurrió durante los años de la posguerra, entre el hambre y la miseria en la que vivieron la clase obrera y campesina en aquellos terribles años, en un entorno de represión, Germinal contaba un episodio en el que la Guardia Civil de Marchena los pilló a él y a otros tres amigos (él contaba con 9 años de edad) comiendo uvas en una finca y les hizo escoger el castigo entre un tortazo, una patada o la horca. Uno de sus amigos escogió la horca y lo estuvieron colgando y descolgando hasta que quedó inconsciente, causándole, además del evidente terror, un problema respiratorio para toda su vida.

Empezó a trabajar con 6 años guardando cochinos con sus hermanos y así paso su infancia: trabajando, sin poder ir al colegio y sin apenas jugar.

En 1958, con 22 años, se marcha a Fuerteventura a cumplir con el servicio militar. Pasó allí 18 meses, en los que sólo pudo volver a su casa en La Puebla durante un mes de permiso que le concedieron y que dedicó a trabajar con su padre para ayudar con el dinero en su casa.

En las Navidades de 1960 conoce a la que será su compañera de vida Rosario, con la que se casará, sin hacer los cursillos, un año después de conocerse: el 25 de diciembre de 1961. Tuvieron 8 hijos, pero el primero, Gabriel, murió a los 40 días de nacer, al caer enfermo de neumonía. El fallecimiento de su hijo fue uno de los peores momentos de su vida para Germinal.

En 1962 empieza a trabajar plantando arroz en la finca del yerno del dictador, el Marqués de Villaverde, y, a pesar de haber conveniado la paga, cuando llegó la hora, el patrón incumplió el acuerdo y les pagó el salario mínimo. Se pusieron en huelga y la Guardia Civil lo detuvo, junto a tres compañeros y acabó en la cárcel de La Ranilla. Allí los presos comían en el patio, pero ellos 4 no salían a comer, contaba Germinal, porque su mujer, su madre y el Partido Comunista les llevaban de comer .

Pasa varios años trabajando en el campo hasta que en 1976 decide irse a buscar trabajo a Barcelona con algunos compañeros. Como no tienen dinero para pagar el viaje, lo hacen en bicicleta: 15 días de viaje en bicicleta desde Sevilla hasta Barcelona.  Allí pasó 3 o 4 meses trabajando en una obra hasta que su mujer le avisó que en la Puebla estaban buscando gente para trabajar en el extranjero. Y así se marchó a Alemania sin su familia, allí estuvo trabajando 6 años en los que visitaba a su familia una vez al año durante las Navidades.

En 1983 vuelve a España y compran una casa mejor con los ahorros, trabaja en la construcción hasta que vuelve a irse al extranjero, esta vez a Francia, a trabajar en una fábrica de maderas donde pasa 4 o 5 años hasta que en 1990 regresa definitivamente a La Puebla de Cazalla con su familia. Sigue trabajando tanto en el campo como en la construcción hasta que se jubila.

Ya en el año 2006 resulta elegido presidente del hogar del pensionista de la Puebla de Cazalla, tarea que desarrolla con entrega y entusiasmo.

La vida de Germinal representa la vida de toda una generación de hombres y mujeres que pasaron hambre y violencia pero que nunca dejaron de luchar por un mundo más justo.

Con la marcha de Germinal, perdemos un referente de lucha en La Puebla de Cazalla, en su comarca y en la provincia de Sevilla. ¡Hasta siempre camarada!